En casa generalmente se hacían asadas a las brasas del fuego a lo largo de la tarde o por las noches, pero ahora no tengo chimenea y en la sartén... no es lo mismo.
La otra opción que quedaba era hacer un pudding de castañas, un postre que la verdad nunca me ha convencido mucho, aunque yo creo que todo me viene de pequeño y de que no me gustaba el color grisaceo-marrón que tenía. Pues va siendo hora de ver si no me gusta de verdad o si son todo imaginaciones de la infancia.
Allá vamos (enlace a la receta en recetas y vinos)
Pudding de Castañas |
Y años después compruebo que después de todo no está tan malo :) (aunque eso sí, es un coñazo hacerlo)
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